
1er Misterio doloroso
La oración de Jesucristo en el huerto.
Fue Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dijo a los discípulos: “sentaos aquí, mientras voy allá a orar”.
(Mc 14, 32)
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María (10 veces)
Dios te salve María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
María, Madre de gracia, piedad, amor y misericordia; Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia.

2do Misterio doloroso
La flagelación de Jesucristo en la columna.
Pilato volvió a salir donde los judíos y les dijo: “Yo no encuentro ningún delito en él […]. ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos?”. Ellos volvieron a gritar diciendo: “¡A ese no; a Barrabás!”. […] Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarlo.
(Jn 18, 39; 19, 1)
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María (10 veces)
Dios te salve María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
María, Madre de gracia, piedad, amor y misericordia; Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia.

3er Misterio doloroso
La coronación de espinas.
Luego tejieron una corona de espinas y la colocaron sobre su cabeza.
(Mt 27, 29)
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María (10 veces)
Dios te salve María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
María, Madre de gracia, piedad, amor y misericordia; Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia.

4to Misterio doloroso
La subida de Jesucristo al Calvario con la cruz a cuestas.
Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y lo llevaron para crucificarlo.
(Mt 27, 31)
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María (10 veces)
Dios te salve María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
María, Madre de gracia, piedad, amor y misericordia; Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia.

5to Misterio doloroso
La crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Jesús, dando un fuerte grito, dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, y, dicho esto, expiró.
(Lc 23, 46)
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María (10 veces)
Dios te salve María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
María, Madre de gracia, piedad, amor y misericordia; Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia.