Oraciones finales
Oración
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Bajo tu amparo
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestra necesidad. Antes bien, líbranos siempre de todo mal, ¡Oh Virgen Gloriosa y Bendita! Amén.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Acto de Consagración
¡Oh Señora mía, oh Madre mía!, yo me entrego enteramente a ti, y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día / esta tarde / esta noche: mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón… en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, ¡oh Madre de bondad!, guárdame y defiéndeme como hijo o posesión tuya. Amén.
Oración a San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la pelea y sé nuestro amparo contra la maldad y las acechanzas del demonio. Reprímele Dios, como rendidamente te lo suplicamos. Y tú, Príncipe de la milicia celestial, armado del poder divino, precipita al infierno a Satanás y a todos los espíritus malignos, que para perdición de las almas andan por el mundo, Amén.
Oración al Ángel de la Guarda
Ángel de mi Guarda, mi dulce compañía; No me desampares, ni de noche, ni de día, hasta que me pongas en paz y alegría con todos los Santos, Jesús, José y María.
Oración a San José, protector de las familias
Glorioso San José, protector, modelo y guía de las familias cristianas: te ruego protejas a la mía. Haz reinar en ella el espíritu de fe y de devoción, la fidelidad a los mandamientos de Dios y de la Iglesia, la paz y la unión de los hijos, el desprendimiento de los bienes temporales y el amor a los asuntos del cielo. Dígnate velar sobre todos nuestros intereses. Ruega al Señor que bendiga nuestra casa, que otorgue la paz a la familia y acierto a los hijos en la elección de estado. Concede a todos los miembros de nuestra familia y de todas las familias de la tierra, la gracia de vivir y morir en el amor de Jesús y de María. Amén.
Oración final
Dulce Madre, no te alejes; tu vista de nosotros no apartes. Ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes. Tú que nos proteges tanto, como una verdadera madre, haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.