
1er Misterio glorioso
La resurrección de Jesucristo.
“Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado”.
(Mt 28, 6)
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María (10 veces)
Dios te salve María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
María, Madre de gracia, piedad, amor y misericordia; Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia.

2do Misterio glorioso
La ascensión de Jesucristo al cielo.
Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al Cielo.
(Lc 24, 51)
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María (10 veces)
Dios te salve María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
María, Madre de gracia, piedad, amor y misericordia; Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia.

3er Misterio glorioso
La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los Apóstoles.
Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo.
(Hch 2, 3-4)
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María (10 veces)
Dios te salve María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
María, Madre de gracia, piedad, amor y misericordia; Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia.

4to Misterio glorioso
La ascensión de la Virgen María al cielo.
“¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven! Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. […] Muéstrame tu semblante, déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y bello tu semblante”.
(Ct 2, 10-11 y 14)
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María (10 veces)
Dios te salve María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
María, Madre de gracia, piedad, amor y misericordia; Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia.

5to Misterio glorioso
La coronación de la Virgen María y la gloria de los Ángeles y los Santos.
Una gran señal apareció en el cielo; una mujer, vestida del Sol, con la Luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
(Ap 12, 1)
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día; Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María (10 veces)
Dios te salve María, llena eres de Gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Jaculatorias
María, Madre de gracia, piedad, amor y misericordia; Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia.